Fue un flechazo. Vi la publicidad y supe que me apuntaría. Encontré mucho más que un taller: poder contar con gente con la que hablar de la escritura sin miedo, compartir una afición de unos pocos y no sentirse solo en esto de narrar.
En el taller además de ir aprendiendo fórmulas y técnicas de escritura y de someterlas a crítica, siempre constructiva, te enfrentas a la reacción del lector, y no un lector cualquiera, diez lectores interesados, diez compañeros. Esto se traduce en un crecimiento radial.
Después de un curso de escritura creativa de Fuentetaja (de octubre de 2015 a junio de 2016), puedo hablar según mi experiencia personal. Este año continuamos en el taller todos excepto dos que por motivos bien justificados no pueden continuar. Además ha habido incorporaciones nuevas. Para no extender esto mucho, que podría, he decidido hacer un esquema. Ya os he contado las ventajas obvias o que se podían esperar, aquí enumero el resto de sensaciones:
No recuerdo dónde leí un artículo muy interesante que decía:
Es más fácil tener éxito si te rodeas de personas con las mismas metas que tú.